En la anodina estación de autobuses de Salta, Mateo pasea arriba y abajo su pequeño carrito lleno de aguas y refrescos. Con una mano sostiene un par de botellas que hace pasar a través de las ventanillas de los taxis que se detienen a recoger o dejar pasajeros. De vez en cuando, algún pasajero sediento le compra una o dos botellas. Otros le miran con simpatía y le desean buena suerte. También están los que pasan de largo. En ocasiones, cuando el día avanza y la temperatura se hace más intensa, abre una botella y se remoja la cabeza para refrescarse. No se puede contar la vida de los humanos sin hablar del agua. En promedio, un ser humano puede sobrevivir sin beber agua entre 3 y 5 días. Sin embargo, en condiciones extremas, el tiempo de supervivencia se reduce drásticamente a 1 o 2 días, o incluso menos.
“ Sólo el 0,5% del agua está disponible para el consumo
— Organización de las Nacions Unidas para la Alimentación y la Agricultura
En
los países desarrollados, una persona consume unos 5 litros de agua diarios en
forma de alimentos y bebidas. El consumo de agua es necesario para mantener la
hidratación, regular la temperatura corporal y realizar numerosas funciones
biológicas. Aunque no es propiamente un alimento, el agua desempeña un papel
fundamental en la preparación de alimentos: se utiliza para cocinar, como
ingrediente en muchas recetas, para lavar frutas o verduras o para incorporar
al organismo nutrientes esenciales. Por su parte, el acceso a agua segura es
imprescindible para prevenir enfermedades como diarreas, cólera y otras
infecciones gastrointestinales.
Desgraciadamente,
las sequías intensas y frecuentes, el crecimiento de la población, la
sobreexplotación de acuíferos, la contaminación, la carencia de una gestión
adecuada o el consumo excesivo, son elementos que se conjugan en muchos lugares
del mundo convirtiendo el agua en un factor limitante para la salud y el
bienestar de las personas. Se estima que hoy se consume el 54% del agua
disponible. Según la UNESCO, en los próximos años, la cantidad de agua
disminuirá en un 30% a consecuencia del cambio climático y, en poco más de
veinte años, las reservas hídricas del planeta alcanzarán el límite.
“ El 2025, más de 1.800 millones de personas
vivirán en áreas con un estrés hídrico significativo
—UNESCO