En las aguas del lago Awassa hay dos pescadores silenciosos entre los juncos que bordean la orilla. Están sentados sobre rudimentarias canoas hechas de madera y bidones reciclados, que flotan inmóviles sobre el agua tranquila. Los juncos crean una especie de cortina natural que casi les hace invisibles a los ojos del resto. Cada uno sostiene una caña de pescar, que lanzan al lago una y otra vez. Sus miradas están fijas en el agua, buscando cualquier vibración que revele la presencia de peces cerca. El suave susurro de los juncos al acunarse con la brisa y el canto de las aves acuáticas que sobrevuelan el lago, son lo más parecido al silencio. En el lago la vida fluye con la quietud de las aguas, y la pesca es más que una fuente de alimento, es una forma de conectarse con la naturaleza.
“ Los peces de agua dulce representan el 40%
de la producción mundial de pescado destinado al consumo humano
— Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura
Cada año se documentan 12 millones de toneladas de capturas de peces de agua dulce, que representan el 10% de todas las capturas de peces en el mundo. Sin embargo, la cifra es muy superior, puesto que no se tienen en cuenta las capturas de los pescadores de subsistencia en los países en desarrollo. En estos países, muchos pequeños pescadores siguen utilizando artes de pesca artesanales que se han mantenido casi inalterados durante siglos. Las escasas capturas sirven para el autoconsumo y sólo una pequeña parte se destina al mercado.
Los
peces de agua dulce son un componente fundamental de la biodiversidad global.
Sólo representan el 0,01% de la biomasa de la Tierra, pero abarcan alrededor
del 25% de todas las especies de vertebrados. Desgraciadamente, los ríos, los
lagos o las marismas son los ecosistemas más amenazados del mundo. La gestión
sostenible de los recursos de agua dulce y la protección de los hábitats son
esenciales para garantizar la supervivencia de las poblaciones de peces, y de
las comunidades humanas que dependen de ellas para sobrevivir.
“ El 87% de las zonas húmedas del mundo han desaparecido desde la época preindustrial
— UNESCO