Una furgoneta desgastada por los años y con la pintura descolorida por el sol circula haciendo equilibrios por una carretera polvorienta y desolada del Magreb. En el asiento delantero, el padre se aferra al volante con determinación y mantiene los ojos clavados en el asfalto. Al lado, la madre sostiene a un bebé en brazos. En el banco trasero, los tres hijos mayores se acomodan entre montones de maletas y cajas, mientras observan el paisaje por la ventanilla, con un punto de agitación y otro de melancolía. La furgoneta está llena hasta lo alto de pertenencias que cuentan historias de la familia: colchones enrollados, sábanas, ollas y sartenes, juguetes y recuerdos de un pasado que dejan atrás. Los objetos están apilados con cuidado, aprovechando cada centímetro disponible del vehículo. En el techo, atado con cuerdas, está el resto. A medida que la furgoneta avanza, la familia comparte emociones y esperanzas, pero también la carga de las decisiones difíciles, la incertidumbre que representa emprender un viaje hacia lo desconocido.
“ El 9.7% de la población de Europa es deorigen inmigrante
— Eurostat
En muchos países desarrollados, el volumen de población de origen inmigrante es significativo. En Europa, el porcentaje es de casi el 10%. La distribución no es uniforme. Algunos países como Alemania, Francia, España o Italia tienen una gran población inmigrante mientras que los países de Europa del Este tienen tasas más bajas.
A
veces, dejar atrás la propia comunidad es una opción que se toma libremente,
pero otras veces las personas se ven abocadas a ello. Las causas son diversas:
los conflictos armados y la violencia, las dificultades económicas, la pobreza,
las desigualdades en el acceso a servicios básicos como la educación, la
atención médica o la vivienda, las discriminaciones basadas en la raza, etnia,
la religión, el género o la orientación sexual, los desastres naturales, los
efectos del cambio climático... Sea por la razón que sea, el objetivo de
alguien que migra siempre es el mismo: la búsqueda de oportunidades y de una
mejor calidad de vida.
Lejos de casa (Cataluña)
En
los países de acogida, la inmigración juega un papel importante al compensar el
envejecimiento de la población y la falta de fuerza laboral. Sin embargo, para
las personas recién llegadas, dejar atrás las casas, el entorno familiar o los
bienes personales suele tener un profundo impacto emocional que puede tener
efectos duraderos en su salud mental. Muchas personas se encuentran en
situaciones de desplazamiento prolongado, sin poder volver a sus hogares
durante años o incluso décadas.
Por
su parte, los cambios demográficos provocados por los flujos masivos de
desplazados en las comunidades de acogida añaden presión sobre los recursos y
servicios locales, generando tensiones sociales y culturales que dificultan la
convivencia. Los recién llegados enfrentan a menudo dificultades de acceso a
recursos básicos como el alimento, la atención médica o la educación, y pueden
ser objeto de violencia, de abusos o de explotación. La situación de desplazados
y refugiados requiere un compromiso global urgente para proporcionar a todas
estas personas vulnerables asistencia, protección o cualquier otra solución que
les aporte perspectivas de futuro.