Los arrozales del Delta: agricultura y medio

Arrossars al Delta de l’Ebre (Catalunya)

Arrozales del Delta del Ebro (Cataluña)


Con casi 21.000 hectáreas de cultivo, los arrozales del Delta del Ebro ocupan el 65% de la superficie del delta y son los más importantes de Catalunya. El terreno está dividido en parcelas rectangulares, separadas por pequeños diques de tierra que mantienen el agua en su sitio, creando un espejo brillante y sereno que se extiende hasta donde llega la vista, reflejando el cielo y entrelazándose con las nubes. Del agua emergen los tallos de arroz que se acunan con la brisa suave que se desliza sobre la superficie. Para el cultivo de arroz es imprescindible que los campos estén inundados de forma permanente durante todo el proceso productivo. El agua que se utiliza proviene del río Ebro mediante una red de irrigación jerarquizada y bastante compleja, siendo objeto de disputa debido a los trasvases hacia otros territorios que se realizan río arriba.

 La agricultura es responsable del 70% del consumo mundial de agua
— Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura 

Arrossars al Delta de l’Ebre (Catalunya)
Arrozales del Delta del Ebro (Cataluña)

La agricultura está estrechamente ligada a las condiciones del medio y, en particular, a la disponibilidad de agua. Los sistemas de producción agrícola se han adaptado a los distintos regímenes hídricos de cada región. En las zonas más áridas son comunes los cultivos de secano, mientras que en zonas de abundantes precipitaciones suelen realizarse cultivos de regadío, que son hasta tres veces más productivos. A escala global, el 20% de las tierras de cultivo se riegan; la agricultura es el mayor consumidor de agua del mundo. En algunas zonas áridas, el consumo puede superar el 90% del agua disponible, lo que supone una presión importante sobre el territorio, agotando los acuíferos, perjudicando a los ecosistemas o afectando a la disponibilidad de agua para otros usos humanos.


Una granota en un estany eutrofitzat (Catalunya)

Una rana en un estanque eutrofizado (Cataluña)


La agricultura es una de las causas más importantes de la degradación del entorno natural. Los productos químicos que se utilizan son responsables de más del 70% de la contaminación de los ríos y aguas subterráneas a nivel mundial. Los insecticidas, herbicidas y fungicidas matan hierbas, insectos y muchas formas de vida silvestre que sirven de alimento para las aves y otros animales. Los fertilizantes son responsables de la eutrofización de los ecosistemas acuáticos, es decir, de la proliferación descontrolada de plantas y algas fitoplanctónicas que crean zonas muertas o áreas de bajo oxígeno donde los peces y otras formas de vida acuática no pueden prosperar.


La tala de bosques o el drenaje de humedales para establecer campos de cultivo fragmentan los hábitats, reduciendo la superficie para la vida silvestre y rompiendo los equilibrios ecológicos. Las prácticas agrícolas inadecuadas como las técnicas intensivas o los monocultivos, contribuyen a la erosión y pérdida de fertilidad del suelo. El uso intensivo de maquinaria o fertilizantes nitrogenados, y las emisiones asociadas a la producción y transporte de alimentos, son responsables del 24% de las emisiones de gases de efecto invernadero a escala mundial.


“ La agricultura es responsable del 80% de la desforestación

y del 70% de la pérdida de biodiversidad terrestre

— Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura




Entradas que pueden interesarte