La agricultura ecológica basa sus métodos de producción en principios de sostenibilidad, y respeto por el medio ambiente y el bienestar animal. Los alimentos se cultivan minimizando el uso de pesticidas, herbicidas o fertilizantes sintéticos. Para garantizar la salud de los sembrados se utilizan métodos naturales como la rotación de cultivos, la siembra directa, el uso de abonos orgánicos o el control biológico de plagas. Los alimentos ecológicos tienen menos residuos de productos químicos y contienen más nutrientes beneficiosos para la salud. Por otra parte, las técnicas ecológicas reducen el consumo de agua hasta en un 50% gracias a la recolección de agua de lluvia y a la implementación de sistemas de riego eficientes. Además, fomentan la preservación de hábitats naturales entorno a las áreas cultivadas, contribuyendo a mantener la biodiversidad de plantas y animales silvestres. A pesar de sus beneficios, sólo el 1,5% de la superficie agrícola mundial está dedicada a la agricultura ecológica (FAO, 2020).
“ Las técnicas agrícolas ecológicas reducen el uso de pesticidas hasta un
40%—Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura
La agricultura ecológica plantea limitaciones, como una menor
productividad por unidad de tierra cultivada. Por eso los precios de los
alimentos suelen ser más altos. Sin embargo, varios estudios muestran una
creciente sensibilidad de los consumidores para el medio ambiente, la salud o
la calidad de los productos, y el consumo de alimentos ecológicos cada vez es
más elevado. Según la International Federation of Organic Agriculture Movements
(IFOAM), las ventas de alimentos ecológicos han aumentado a un ritmo anual del
10% en los últimos años, y muchos países han establecido regulaciones y
certificaciones para garantizar la autenticidad y calidad de los productos
ecológicos. A medida que la agricultura ecológica gana terreno, se espera que
los precios sean cada vez más competitivos.
“ Los productos ecológicos representan alrededor del 5% del mercado de alimentos en Europa y Norteamérica
— Organic Trade Association, Fair Trade USA
Para obtener la calificación de alimento ecológico y el correspondiente sello, los productores deben cumplir un conjunto de normas durante todo el proceso de producción, procesado, packaging, almacenamiento y distribución. En la UE, el certificado está regulado por la Comisión Europea y el logotipo de las etiquetas garantiza que los productos respeten las reglas. El reglamento comunitario para los productos ecológicos (Reglamento (CE) 834/2007 y 889/2008) es de obligado cumplimiento y es una de las certificaciones de productos alimenticios más exigentes. En Cataluña, el Consejo Catalán de la Producción Ecológica (CCPAE) es la autoridad que verifica el sello ecológico, y tiene un sello propio que convive con el de la UE.