Como cada día, Nia y Kaya vuelven del pozo con las garrafas llenas, equilibrando la pesada carga sobre la cabeza. Los Dassanech habitan mayoritariamente la zona fronteriza entre Etiopía, Kenia y Sudán del Sur, en los territorios adyacentes al lago Turkana. La etnia cuenta con unos 50.000 miembros. Son un pueblo tradicionalmente ganadero, pero durante los últimos cincuenta años han sufrido una gran disminución del número de reses, principalmente a consecuencia de haber sido expulsados de sus tierras.
En
el 80% de los hogares del mundo que no disponen de agua corriente, las mujeres
y las niñas son las encargadas de recolectarla en los pozos y en los ríos,
debiendo recorrer a menudo largas distancias hasta la fuente de suministro más
cercana. A pesar de la dureza del día a día, las dos niñas se cuentan chismes y
ríen sin complejos. En la comunidad, la alegría está en las tareas cotidianas
que sustentan la vida.
“ 3 de cada 10 personas no tienen acceso a
servicios de agua potable, 4 de cada 10 no disponen de una instalación básica
destinada a lavarse las manos, y 6 de cada 10 no tienen acceso a instalaciones
de saneamiento— Organización Mundial de la Salud
Millones de personas se enfrentan a diario a enormes dificultades para acceder a los servicios más elementales de agua, principalmente en áreas rurales empobrecidas o en zonas urbanas informales, donde las infraestructuras de agua y saneamiento son limitadas, y donde no se dispone ni siquiera de una instalación básica destinada a lavarse las manos con agua y jabón. Según la Organización Mundial de la Salud, el 30% de la población mundial carece de acceso a servicios de agua potable, y más del 50% carece de acceso a servicios de saneamiento adecuados.
El
acceso al agua para el consumo no está siempre vinculado directamente a su
disponibilidad. América Latina posee más del 30% de este recurso a escala
mundial y, sin embargo, la mitad de sus habitantes, unos 300 millones de
personas, no tienen acceso a un agua de calidad ni a un suministro periódico,
especialmente en los suburbios pobres, alrededor de las grandes ciudades.
También en Europa y Norteamérica hay hasta 57 millones de personas que no
disponen de agua potable canalizada en sus hogares, y 21 millones que ni
siquiera tienen acceso a los servicios básicos de saneamiento.
Cuando el agua potable escasea, las personas se ven obligadas a consumir agua de fuentes no seguras, como ríos contaminados, aguas estancadas o pozos no protegidos. La escasez de agua dificulta también la práctica de una higiene adecuada, como la limpieza frecuente de manos, que es esencial para prevenir la propagación de enfermedades infecciosas.
La
escasez de agua, la falta de higiene o la falta de un sistema de tratamiento de
aguas residuales potencia la aparición y propagación de enfermedades como el
cólera, la disentería, la fiebre tifoidea, la hepatitis A o la poliomielitis.
Más de 2 millones de personas mueren cada año por enfermedades diarreicas en
todo el mundo. La falta de higiene y el agua insalubre son responsables de casi
el 90% de estas muertes, principalmente niños.
“ 1.800 millones de personas utilitzan agua proveniente de fuentes contaminadas
— Organización Mundial de la Salud