Mercado de Sibiu (Rumania)
Como
cada mañana, con el pelo canoso recogido en un pañuelo, Elena llega al mercado
cargada con cajas y cestas llenas de zanahorias, tomates, pimientos, lechugas y
otras verduras frescas del huerto. Para pasar el rato, con una camisa vieja
convertida en trapo, limpia cuidadosamente la fina capa de tierra que rodea los
tomates recién cosechados. Para los que frecuentan el mercado, Elena es un
personaje familiar, pero hoy la clientela no es tan numerosa como era: algunos
clientes de toda la vida han cogido el hábito de comprar en los grandes
supermercados que no cesan de abrir a las afueras de la ciudad, y que tienen
tomates a precios más bajos. Sin embargo, Elena sigue atendiendo a los que aún
vienen con el entusiasmo de siempre. Les ofrece algo valioso que los gigantes
del comercio no pueden ofrecer: una conexión directa, profunda y auténtica con
los alimentos y con la tierra.
“ Los alimentos frescos como fruta, verduras y productos lácteos constituyen el 40% de las ventas de las grandes superficies
— Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura
Miel de Sibiu (Rumania)
A diario, en todo el mundo, millones de pequeños tenderos locales luchan por sobrevivir en medio de la actuación desenfrenada de enormes superficies comerciales que les dejan sin apenas espacio. Las principales cadenas de supermercados figuran entre las mayores empresas del mundo, siendo responsables de aproximadamente el 50% de las ventas minoristas a escala mundial. En los países desarrollados, el 70% de los alimentos se adquieren en estos establecimientos, que ofrecen comodidad y precios más bajos. Los grandes supermercados alteran la dinámica de las comunidades, transformando los hábitos de compra tradicionales y provocando la desaparición de los comercios de “toda la vida”.
Aunque
generan empleo y oportunidades de trabajo, el modelo de negocio de las grandes
superficies suele ser cuestionado por las condiciones que, gracias a su
posición de fuerza, imponen a sus proveedores. Por su parte, promueven el
consumismo: el 40% de los productos están de oferta o se venden con descuentos
especiales. También generan una gran cantidad de residuos como envases y
alimentos que se desperdician, ya que se ven obligados a mantener un gran
inventario de productos que no siempre son consumidos a tiempo.
“ El 10% de los alimentos disponibles en los supermercados se desperdicia
— Forum Económico Mundial